Lo peor que podría hacer el gobierno para enfrentar esta segunda ola del COVID-19 que azota el Perú, sería encerrarnos nuevamente –como al inicio de la pandemia– y volver a congelar una economía resentida, que se bambolea en una cuerda floja desde hace varios meses.
A contracorriente de lo que aconsejan los ministros liderados por Pilar Mazetti al interior del gabinete, proponiendo otra cuarentena total, los ministros liderados por Waldo Mendoza sostienen que debemos darle continuidad a la economía, porque de otro modo corremos el riesgo de tener más muertos por hambre, quiebras de empresas, pérdida de empleos, falta de ingresos y otras enfermedades, que por alguna de las cinco mutaciones del COVID-19 que conocemos hoy.
¿Acaso es muy difícil para el gobierno entender que encerrarnos y limitar nuestros tiempos de salida es más peligroso que extenderlos? ¿Por qué no autorizar que todos los servicios esenciales y actividades comerciales y productivas tengan la posibilidad de trabajar las 24 horas? De esa manera pueden administrar mejor las aglomeraciones de públicos y clientes, en coordinación con las autoridades. Bancos, supermercados, clínicas, hospitales y toda la actividad económica que no genere mayores multitudes podrían atender y no ver afectados sus negocios, ni el trabajo que brindan a sus colaboradores.
¿Acaso es muy difícil para el gobierno entender que encerrarnos es la salida más fácil y autoritaria que existe? Esto sucede cuando no existen ideas, ni creatividad, ni estrategias inteligentes de comunicación social. ¿Cómo es posible que en agosto del 2020 únicamente 22% de peruanos no se vacunaría contra el COVID-19, y ahora, en enero 2021, después de las “excepcionales” campañas de comunicación que hizo el gobierno de Vizcarra y ahora Sagasti, un 48% de peruanos no quiere vacunarse? ¿Le echarán la culpa de nuevo a la desobediencia civil? ¿Serían capaces de justificar así su incapacidad de gestión?
¿Acaso es muy difícil para el gobierno entender que es mejor multiplicar las pruebas rápidas y moleculares para seguir el rastro del virus, a ver si en algún momento estamos por delante de él, y no encerrarnos para continuar siguiéndole la espalda? Debemos democratizar cuanto antes la venta de pruebas rápidas y moleculares. Compren ya. Eso ahora no es tan difícil.
El problema de fondo es que los peruanos comenzamos a sentir que nuestras autoridades nos hacen cada día más vulnerables. Sentimos que se burlan de nosotros, con declaraciones vacías y trabalenguas discursivos que nadie traduce para su mejor comprensión. Si continuamos con estas actitudes, difícilmente saldremos airosos de esta segunda ola, y convertiremos este tsunami de errores en un caldo de cultivo para un nuevo y radical autoritarismo, de derecha o de izquierda… ¡¡¡Ojalá nos coja confesados!!!