“Los líderes democráticos fuertes inspiran confianza y respeto entre los seguidores. Son sinceros y basan sus decisiones en su moral y valores. Los seguidores tienden a sentirse inspirados a actuar y contribuir con el grupo. Los buenos líderes también tienden a buscar opiniones diversas y no intentan silenciar las voces disidentes ó aquellas que ofrecen un punto de vista menos popular.”
El liderazgo democrático, en el transcurso del tiempo, ha evolucionado de manera radical, se ha formado en el eje principal de influencia social, institucional e interpersonal, pues la mayoría de las empresas no pueden exceptuarse de un liderazgo con conducción democrática. Las empresas han ido cambiando su manera de trabajar, es decir, cambiaron su manera de liderar, requiriendo personal eficiente en su desempeño, pues era lo que principalmente les importaba, sin embargo, un nuevo escenario en el que se trabaja en equipo, ha conducido a las instituciones de manera positiva al cambio, promoviendo el incremento de ganancias, basándose en la calidad de los productos y servicios ofrecidos.
Esta nueva forma de administrar tiene como sustento el trabajo en equipo, que ahora ha venido involucrando el concepto de liderazgo democrático. Pero al trabajar en equipo, no es de pronto que se requiere experiencia, traducida en paciencia y habilidad para obtener los resultados esperados. El líder democrático de basa en la discusión en grupo para tomar las decisiones convenientes a la empresa, propiamente con el apoyo integro del líder. Así mismo, un líder democrático será aquel que integre un equipo con su personal, dando oportunidad a la participación y apertura de la comunicación, permitiendo esa confianza necesaria para la mejora continua de la organización.
El verdadero líder democrático genera la participación de todos sus subordinados, pero él los considera como sus colaboradores, por otro lado, el líder autocrático practica una comunicación unidireccional, basándose en la dirección autoritaria y respeto al grupo. Este tipo de líder es quien distribuye las tareas y define que todo debe estar desarrollándose de acuerdo a lo planeado, es aquel que da órdenes y espera fielmente su cumplimiento.
Un líder autocrático organiza y determina las tareas que realiza cada miembro de su equipo, es quien impone sus ideas y espera que se ejecuten conforme a lo acordado, sin embargo, basado en lo anterior, también tendrá que abordar dos tipos de reacciones, tales como la agresividad y apatía.
El liderazgo participativo se puede definir como la influencia resultante del hecho en que una persona asume un papel activo en el proceso de toma de decisiones. La participación, como estilo de dirección, puede tener determinadas ventajas en cuanto a la creación de mayor compromiso de los trabajadores con la organización, lo que implica lógicamente mayor motivación hacia el alcance de los objetivos asignados y facilitando a su vez, la integración del factor humano en la organización.
Un líder debe sabe comunicar efectivamente, para ello se necesita de ciertos factores que hacen que la comunicación sea clara, algunos de estos factores son: El saber escuchar, la transmisión eficaz de la información, el ponerse de acuerdo, y por ultimo el estar dirigido a cumplir sus objetivos.
El futuro es incierto, puede afectar negativamente a las competencias, la autoestima y las capacidades de enfrentamiento personal.
Es importante para el desarrollo económico, social y ambiental, el rol del Estado, éste debe ser proactivo en el diseño de las políticas públicas.
En esta coyuntura, es cada vez más urgente un liderazgo que ponga de manifiesto una postura sobre la crisis, no sólo sanitaria y económica, sino también a nivel político y social.