Sí, señor presidente. EDUCACIÓN es el sector que debe tener la más alta atención. Partiendo del concepto de PREVENCIÓN, podremos hablar de disminución de cifras de violencia, por ejemplo. Solo así podremos hablar de mejores condiciones de vida para los ciudadanos del mañana.
Son los padres los primeros pilares que los niños tienen de amor y seguridad, pero si son ellos mismos los que se violentan y los niños pasan a ser espectadores de la violencia del padre a la madre o viceversa, ¿de qué hablamos? Que no nos sorprenda entonces que se hable de bullying en los colegios, o de feminicidio, o de embarazos tempranos o delincuencia juvenil en su totalidad. Estos niños que viven en violencia, en hogares donde los padres no tienen consciencia ni responsabilidad para asumir sus roles de cuidadores quedan desamparados.
Por eso, se debe trabajar en programas preventivos con los niños en los colegios donde se eduque en valores y donde se apliquen los mismos, pues la coherencia debe estar entre lo que enseño y lo que practico: honestidad, respeto, tolerancia.
Y también se tiene que trabajar en programas educativos para los padres de familia, respecto a la importancia de la crianza con amor, de la importancia que tiene para los niños la valoración que se hace de sus esfuerzos y de sus logros.
De igual manera, hay que trabajar en programas de capacitación para los mismos docentes en todos los temas concernientes a la mejora educativa, la misma que permitirá ayudar a los maestros a detectar a tiempo problemas de aprendizaje y conductuales que, bien abordados por el departamento psicológico, puedan ser atendidos a tiempo y podrían prevenir tantísimos casos de patologías que más tarde se convierten en las terribles noticias que hoy nos llenan de indignación. Hay mucho por hacer…