Pasan los días entre nuevas noticias y frente a tantísimas escenas de violencia, nos toca comentar el rol que las autoridades cumplen al sancionar a los delincuentes que asesinan, que violan a sus propias hijas, que atentan contra la vida de no solo una mujer, sino de todos los pasajeros de un bus que casi mueren calcinados.
Nos toca analizar el contexto en el cual nos movemos, en el cual nuestros hijos estudian, en las calles donde el delincuente más rápido nos asalta y hasta mata. Nos toca ver de qué manera se manejan las políticas públicas en nuestro país. ¿Qué se hace en educación?, ¿qué se hace en salud? ¿Qué hacen las autoridades respecto a seguridad? ¿Hasta cuándo las autoridades no asumirán el rol para el cual han sido elegidos?
En Puno los pobladores llevan un burro a la puerta de la alcaldía hasta que el alcalde reaccione de su letargo; en Coata la población no tiene cómo abastecerse de agua potable y en Piura han dejado libre al padre violador de su propia hija de 13 años frente a la hermanita menor. ¿Cómo pasa eso en nuestro país? Un desprecio total a la vida, eso es lo que tenemos al frente, deshumanización total.
Próximamente tendremos elecciones municipales, el 7 de Octubre, para ser más precisos. ¿Será que tendremos personas realmente interesadas en colaborar para encontrar salidas a tantas desgracias?
Se puede empezar por los propios distritos, capacitando maestros y alumnos en los colegios. Se puede trabajar con los vecinos para programar actividades que permitan protegernos entre nosotros mismos y ser muy cuidadosos con los temas de violencia (en el hogar por ejemplo, pues de allí se nutre la violencia social). Se puede trabajar solo si se dejan de lado los intereses y angurrias personales de cada candidato que, luego de pintarnos el panorama de la mejor manera, cuando están en el poder lo único que saben es enriquecerse de manera descarada y se dedican únicamente a la satisfacción de sus propias necesidades.
Por todo esto, nuestro país está así, con presidentes investigados, presos y alcaldes en la misma condición. Está en nuestras manos hacer elecciones con la razón. Tenemos poco tiempo, es tarea de ayer.