Tras la renuncia del Presidente Kuczynski, las primeras señales que tuvo el Presidente Vizcarra en sus primeros días a cargo del sillón de Pizarro, indicaron claramente un cambio de rumbo en la forma de hacer gestión al interior del gobierno. Dejar los escritorios y tomar las calles parecía la consigna.
Sus primeras apariciones en un centro de salud, un centro educativo, una visita al Norte del país para verificar los avances de la Reconstrucción, y su aparición estratégica con el Contralor Shack para respaldar la norma que hoy permite reestructurar la Contraloría General de la República, fueron señales poderosas del cambio de chip que Vizcarra pedía a los futuros nuevos ministros que asumieran los cargos que les encargaría.
Este miércoles, por cierto, el Premier Villanueva y sus ministros tendrán el reto de convertir estos buenos deseos y estas señales positivas que fueron instaladas en el imaginario popular y la simbólica política, en planes de acción y políticas públicas concretas, que hagan realidad este cambio de chip que propuso el Presidente Vizcarra en sus primeros días de gobierno.
El momento es oportuno. El gobierno del Presidente Vizcarra goza hoy de una tregua política que le ha concedido la mayor fuerza de oposición en el Congreso. Tregua que debe ser aprovechada por ministros y viceministros para tender puentes y establecer equipos de trabajo conjunto que impulsen verdaderas reformas al interior del Estado peruano, un Estado que se encuentra en serio colapso y requiere de una reingeniería inmediata, si es que pretende cumplir con el rol que le toca en la sociedad peruana: servir al ciudadano.
Habrá que recuperar el teléfono rojo que pedíamos hace un tiempo al gobierno y a la oposición, con el objetivo de enlazar estrategias y combinar propuestas que tengan objetivos en común: servicios públicos y programas de gobierno eficientes, eficaces y oportunos.
Eso es lo que hoy espera la ciudadanía. No más juegos de palabras que se las puede llevar el viento. No más explicaciones genéricas que todos compartimos cuando se postulan como fórmulas genéricas. No más privilegios para unos pocos en desmedro de las grandes mayorías. No más olvido de las necesidades que afectan a la mayoría de peruanos con explicaciones macroeconómicas que no dan un rumbo claro a los micro, pequeños y medianos empresarios. No más discursos para la tribuna sin efectos concretos para mejorar la calidad de vida de los peruanos.
Este miércoles 2 de mayo los ministros serán escuchados. Seguro obtendrán el voto de investidura. Obtendrán la confianza plena del Legislativo. Pero estaremos atentos a que sus palabras se conviertan en acciones que transformen nuestra realidad social. El país no aguanta más engaños. El país requiere que la investidura del gabinete Villanueva se inicie con un aterrizaje forzoso en la realidad nacional.