Justicia que tarda y discrimina, ¿es justicia?

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Foto: Correo

Esta semana la señora Susana Villarán retornó y no, precisamente, por sus méritos a las portadas de los medios de comunicación de nuestro país. Esto debido a que recién el pasado jueves, en horas de la mañana, el Ministerio Público ejecutó una diligencia de allanamiento de su vivienda ubicada en el distrito de Miraflores, para luego ampliar la misma a su casa ubicada en la playa Arica, donde se habría mudado justo dos días antes, de acuerdo a las declaraciones de su propio hermano. Estas diligencias se habrían realizado con el fin de recabar información para la investigación que se lleva en su contra en el marco de su gestión como Alcaldesa de Lima. Así también, se allanó la casa de José Miguel Castro, quien fuera el gerente municipal durante la gestión de la señora Villarán.

Recordemos que la ex alcaldesa de Lima está investigada por, supuestamente, haberle solicitado a Jorge Barata la entrega de US$ 3 millones de dólares a través del publicista Valdemir Garreta, para trabajar en la campaña del “No”, y así evitar su revocatoria en el año 2013. Recordemos también que esta investigación se inició aproximadamente a finales de noviembre del año pasado, a lo que habría que sumar que Jorge Barata, ex Director Ejecutivo de Odebrecht en el Perú, habría confirmado dicha entrega en sus declaraciones del 28 de febrero y del 1ero de marzo ante el Fiscal Hamilton Castro en Brasil. Es decir, a la señora Villarán se le investiga desde hace más de 4 meses.

En ese contexto, cabe preguntarnos, como seguramente lo hacen la gran mayoría de los peruanos, ¿por qué el Ministerio Púbico en un evidente acto de discriminación a favor de la señora Villarán respecto de todos los demás investigados en el caso Lavajato y, pese a ya existir una investigación abierta, tardó tanto en solicitar los allanamientos?

Es importante traer a colación la celeridad empleada por el Ministerio Público frente a las mismas declaraciones de Barata en las que, supuestamente, incriminaba a Jaime Yoshiyama y Augusto ― Pacho― Bedoya. En ambos casos y a partir de las mismas declaraciones, el allanamiento a las viviendas de estos últimos se realizó el 6 de marzo, menos de una semana después de las declaraciones, haciéndose uso de un despliegue impresionante de efectivos policiales y de personal del Ministerio Público, además del despliegue impresionante de los medios de comunicación nacionales, para luego ser “filtradas selectivamente” una gran cantidad de estas imágenes. Sin embargo, con la señora Villarán, la diligencia parece haber respetado no sólo el derecho y el deber de reserva, sino que la cobertura periodística ha sido mínima pues ninguna imagen fue filtrada.

Definitivamente, el Ministerio Público, como Organismo Constitucionalmente Autónomo, administra sus plazos en cada una de las investigaciones, pero también es cierto que no puede permitir que los trámites y plazos evidencien un trato distinto y discriminatorio entre los ciudadanos.

Esperamos que el Ministerio Público tenga prontas conclusiones de las investigaciones que le sigue a la señora Villarán y a otros líderes políticos de la izquierda, quienes durante años, aprovecharon la ocurrencia de delitos y errores durante el Gobierno del ex Presidente Fujimori para alzarse con la bandera de la lucha contra la corrupción, autodenominándose “la reserva moral” de nuestro país, evidenciando el “doble rasero” con el que han venido actuando en los últimos años.

Desde el Congreso no nos detendremos y seguiremos luchando frontalmente contra la corrupción. La tarea principal es desterrar la impunidad, la generalización de que no se puede sancionar a los corruptos, claro que se puede y en esa tarea debemos estar todos juntos, sin diferencia políticas, enarbolando la única bandera posible ante esta lacra, la bandera de la verdad.

Estoy convencida que en nuestro país existen jueces y fiscales honestos, funcionarios honestos, congresistas honestos, empresarios honestos, peruanos de bien dispuestos a curar a nuestro país de la corrupción, lacra que hace décadas nos castiga, sobre todos a los peruanos más necesitados, a todos nos corresponde seguir luchando, pese a los insultos, a los agravios, a los ataques, a las mentiras, vayamos juntos en búsqueda de un país mejor, un país libre de corrupción.

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