En política siempre se toman decisiones fuertes y con mucho impacto, en especial cuando se quiere lograr cambios reales en la conducción del gobierno, para ello se requiere tener las cosas claras y valentía. Cuando Fernando Belaunde Terry asumió la Presidencia de la República, lo hizo con mucha claridad, expresado a través de una propuesta de gobierno en los diversos sectores como educativo, agrario, energético, vivienda, tecnológico, universitario, justicia, marítimo, aéreo, viabilidad y otros aspectos que cambiaron la gestión pública. Para ello tuvo visión y valentía para enfrentar la gran oposición que tuvo en el congreso de la República, integrada por la alianza APRA-UNO. Belaunde cuando fundó Acción Popular lo declaró nacionalista, democrático y revolucionario. Un nacionalismo sin llegar al chauvinismo, democrático expresado a través de la libertad de expresión y una revolución sin balas pero sí con picos y palas. En esencia Belaunde fue un gran reformista, cuyos actos permitieron la modernización del Estado con el objetivo de establecer una sociedad donde haya oportunidades para todos.
Una de las propuestas de Belaunde fue consolidar la revolución del crédito y realizó las siguientes acciones: creó el Banco de la Nación; creó el Banco de Materiales; separó del directorio del Banco Central de Reserva a gerentes de la banca privada. Recordemos que antes de la existencia del Banco de la Nación, los impuestos eran recaudados por recaudadores que luego eran depositados en la banca privada y cuando el gobierno quería hacer una obra pública estos le prestaban ese dinero con los intereses respectivos. Todos sabemos que la política monetaria lo dicta el BCR, antes del gobierno de Belaunde, algunos miembros del directorio pertenecían a la banca privada, es decir eran juez y parte, estos fueron separados. Belaunde decía: “Hay que hacer propietarios a los desposeídos” y fundó el Banco de Materiales.
El crédito es fundamental para dinamizar la economía e implementar diversos proyectos de desarrollo y productivos. En la actualidad so pretexto que estamos en una economía de mercado, ante el amparo de la ley de banca y seguros, se ha establecido un sistema financiero insano con espíritu usurero y agiotista, el costo de capital es uno de los más altos de la región. El crédito en sus diversas modalidades tiene variada tasa de interés, es decir, el crédito personal, tarjetas de crédito, hipotecario y capital de trabajo. Cuando se cuestiona las altas tasas de interés, argumentan que se debe al riesgo país y al perfil del prestatario, en cierto modo tienen razón, incluso debemos tener en cuenta la tasa Libor y Prime Rate, podemos revisar diversos factores pero nunca podrán justificar el alto costo de capital. La banca privada, en su mayoría perteneciente a grupos internacionales, ha convertido al mercado de capitales en una forma de colonialismo financiero.
Los agricultores, ganaderos, la pequeña y mediana empresa en general, no tienen acceso a un crédito que les ayude a consolidar su proceso productivo, ellos necesitan adquirir insumos, maquinarias para poder desarrollar su actividad empresarial. Se requiere con urgencia que COFIDE no solo sea de segundo piso. El gobierno nacional debe establecer una nueva revolución del crédito, con una intervención de fiscalización y evitar que no se formen monopolios. Algo similar ocurre con las aseguradoras.
El Ejecutivo y el Congreso de la República deben impulsar una nueva revolución del crédito, para que convierta en el nervio central de la actividad económica de nuestro país, que sea aliado de los productores y ciudadanos en general, para ello con valentía deben establecer un nuevo orden legal. Deben cambiar la ley general de banca y seguros. Esperemos que el Presidente de la República y sus ministros, en especial la Presidenta del Consejo de Ministros y la titular del Ministerio de Economía y Finanzas, tengan la valentía y el compromiso con el pueblo peruano para cambiar el sistema financiero.