Una serie de hechos han demorado las gestiones de vacancia presidencial que una semana antes parecía inminente. Ni Keiko ni PPK quieren dar la batalla decisiva, primero quieren escuchar a Barata y luego medir si el indulto se sostiene o es revocado por la CIDH.
La izquierda, agitadora de la vacancia, encuentra que no pone el cronograma. El Fujimorismo parlamentario le hace muecas a la moción zurda, pero no define irse por la vacancia por las mismas lógicas razones, de esperar el rollo de Barata y, sobretodo, el resultado de la CIDH. Más les importa el indulto que puede terminar dando por tierra con los sueños de Kenji, acabando con una urticaria que lleva loco al grupo parlamentario. Y además del riesgo, públicamente proclamado por los avengers, de seguir captando más parlamentarios disidentes. Si la CIDH demora su decisión, lo cual puede ocurrir siempre cuando hay abogados de por medio, la agonía del grupo parlamentario se prolongaría facilitando la creativa labor de zapa de Fujimori júnior. Lo más sabio sería que negocien un armisticio después de Barata y la decisión de la CIDH.
La presencia en Ancón de un mudo Martín Vizcarra, durante una humilde inspección de obras de agua, no apagó los rumores de un conflicto por la sucesión. Una suerte de armisticio a la fuerza, con acuerdo de demorar la vacancia de PPK, logrado por la Jefa de Gabinete y sus asesores, es un paso adelante para evitar que conflictos en la cúpula del poder terminen por catapultar la crisis a un nuevo nivel.
El frente social empezó a moverse con la huelga de los paperos, ahora la amenaza se cierne por el lado de la educación. El SUTEP oficial ya negocia el pliego de reclamos, mientras los radicales afilan cuchillos para dominar las calles. Es año electoral y muchos maestros postulan a diversos cargos entre los más de 100 mil candidatos a nivel nacional, además, es sabido que el Estado tranza las huelgas más fácilmente en tiempo de elecciones.
Lo cierto es que en la destructiva competencia SUTEP vs CONARE, los padres de familia estarán de pésimo ánimo si se realiza una huelga. Manos expertas de negociadores deben intervenir para prevenir el conflicto. Ojo que PPK también puede terminar fuera del poder si un conflicto como el magisterial se prolonga sin solución.
Si bien los políticos lamen sus heridas en sus respectivas esquinas y el Gobierno aplica mentholatum a las suyas, no aparece el arco iris en el azul cielo del Perú. Las soluciones de fondo y reformas no se asumen, nadie es aliado de nadie, hasta Marzo que haya parlado Barata y la CIDH.