En agosto del año pasado María[i] compró unas gotas para los ojos en Mifarma dentro del local de Wong de Chacarilla, en Surco. Ella es una mujer de más de 60 años que sufre de ojo seco y hace buen tiempo usa con frecuencia las gotas oftálmicas Akw-Agelak que produce el laboratorio Medifarma S.A.
María empezó a utilizar las gotas que compró hasta que el 11 de diciembre amaneció con severas molestias en los ojos, de inmediato acudió al policlínico de EsSalud en San Luis y el oftalmólogo le diagnosticó una infección y le recetó algunos medicamentos.
Sin embargo, María seguía utilizando las gotas sin saber el riesgo que corría, hasta que el 26 de enero se percató que el frasco con contenido no dejaba caer las gotas, entonces lo destapó y se llevó una terrible sorpresa, en el interior encontró lo que ella describe así: “tenía unas partículas negras lo abrí y está lleno de gusanos”, como se indica en el reclamo que presentó el mismo día en la farmacia.
En la fotografía que ella tomó con su celular podemos ver que el contenido del frasco es un líquido de color amarillento cuando debería ser transparente, y efectivamente, contiene en su interior extrañas partículas oscuras.

Hicimos la consulta con dos destacados oftalmólogos y ambos coincidieron en el peligro que representa usar un producto contaminado en los ojos, incluso indicaron que si el paciente tiene una herida o ha salido de una operación y utiliza esas gotas, la infección puede penetrar en el ojo y las consecuencias serían la pérdida total de la vista, por lo que representa un peligro para la comunidad y las autoridades deben tomar acción inmediata para detectar el lote del producto y sacarlo del mercado hasta detectar las causas de este hecho.
María también acudió a Indecopi para presentar su reclamo el 30 de enero, donde además les señaló que continúa con infección en los ojos, y que Medifarma se quedó con el frasco para hacer los análisis pero que hasta esa fecha no había recibido ninguna explicación al respecto.
Recién el martes 6 de febrero, a las 11:05 de la mañana, recibió la llamada telefónica de Eddy Rivera y Martin Salazar, apoderado legal y jefe de mejora continua de Medifarma respectivamente, quienes le pidieron reunirse con ella para conversar y resolver el problema. María les respondió que conversará con ellos en la audiencia de conciliación que Indecopi fijó para el 14 de febrero próximo.
Intentamos comunicarnos con Eddy Rivera en varias ocasiones, nos hubiera gustado conocer las acciones que tomaron al respecto. Sin embargo, hasta el momento de esta publicación no atendió nuestras reiteradas llamadas.
Es posible que casos similares sucedan en nuestro país, donde los procesos de calidad y control no son lo suficientemente eficaces cuando se trata de alimentos ―recordando las conservas con gusanos― y tampoco con las medicinas. Es entendible que comprar un producto en el mercado informal tiene graves riesgos, pero acudir a una farmacia en un establecimiento comercial que se supone cumple con todas las normas de seguridad y garantía, y sin embargo, encontrarnos con casos como este es, sin duda, una señal de alerta para que la DIGEMID tome acción inmediata para evitar que más personas se expongan al peligro de perder la vista.
Según información de la DIGEMID, Medifarma S. A. les reportó un robo de una gran cantidad de medicamentos el 21 de agosto del año pasado en el Rímac, entre los productos reportados figuran 252 cajas de AKW AGELAK 1% SOF 20mL, el mismo tipo de producto que compró María y le causó una infección en los ojos, entonces queda preguntarnos, ¿cuántos peruanos pueden ser víctimas de estos medicamentos adulterados, robados o contaminados?, ¿hasta cuándo seguiremos viendo a la salud como un mercado de gran rentabilidad pero de poca responsabilidad de quienes publicitan sus productos, farmacias o clínicas con el ánimo de vender más en lugar de brindar servicios de atención adecuada para el cuidado de la salud de sus “clientes”? ¿Acaso cada vez que compremos gotas para los ojos tenemos que destapar el envase para ver si no contiene nada extraño en su interior?
La desconfianza sigue creciendo en nuestro país donde la inseguridad no solo se vive en las calles por la delincuencia, también padecemos de inseguridad con los alimentos y ahora con las medicinas, farmacias, laboratorios y entidades que deben velar por el bienestar de los peruanos y la inocuidad de sus productos y servicios.
Nota: El viernes último la DIGEMID tomó conocimiento de esta denuncia y nos indicaron que darán prioridad a este caso actuando según sus procedimientos establecidos y de acuerdo al riesgo que representa para la población, esperamos que las autoridades actúen pronto y de acuerdo a las normas y plazos necesarios.


[i] María es un nombre ficticio porque la denunciante nos pidió que mantengamos en reserva sus datos personales.