El presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, ofreció hoy una conferencia de prensa donde afirmó que el diálogo con Fuerza Popular debe darse sobre la base de hechos concretos para demostrar una disposición al trabajo conjunto.
El premier remarcó la voluntad del gobierno del presidente Martín Vizcarra para encontrar espacios de diálogo y concertación con las fuerzas políticas del país.
“Lo que tenemos que ver, en primer lugar, es si hay sinceridad, pero la sinceridad no de las palabras, sino de los hechos concretos. Por ejemplo, tienen en el Congreso la oportunidad de sancionar y de terminar una acción de aprobación de la denuncia constitucional contra Chávarry (…) está en sus manos. Me imagino que lo harán y allí conversaremos”, expresó Villanueva.
En ese sentido, el titular de la PCM reiteró su llamado para que Pedro Chávarry, fiscal de la Nación, dé un paso al costado mientras duran las investigaciones en su contra.
“Y no porque estemos juzgando al señor Chávarry, no somos ni fiscales ni jueces, pero si estamos en una lucha frontal contra la corrupción y tenemos que tener los pilares de las instituciones como el Poder Judicial, Ministerio Público, la contraloría, la procuraduría, el presidente y todos nosotros en una condición en la generemos confianza antes que desconfianza”, afirmó el también congresista de Alianza para el Progreso.
El presente y futuro de Keiko Fujimori depende más de Kenji, quien mantiene una continua ofensiva que pone a Fuerza Popular y a su Presidente contra las cuerdas, absorbiendo una paliza de quien –hasta el indulto– era un peso mosca de la política peruana. El desgaste ya tiene cifras y apunta a que el chico de los Fujimori ha entrado por la puerta grande a la política peruana y desgasta aceleradamente a su hermana, una sangría que puede desplazarla del escenario a punta de acciones que empatan con la población.
En la forma de decir y hacer las cosas, está la magia de Kenji, usa símbolos que llegan a los jóvenes y sus gestos contestatarios tienen eco en todas las edades. Además la lealtad a su padre preso, frente a la torva conducta de Fuerza Popular, le otorga una catadura moral de gran valor en la sociedad peruana.
Mientras el Fujimorismo de Keiko se atrinchera en un Bunker, tanto psicológico como político, con total falta de empatía, frases duras y decisiones represivas, Kenji derrocha empatía, usa un lenguaje inclusivo y un discurso ecléctico para llegar a todos los sectores. Además Fuerza Popular ha demostrado que no sacrificará un solo voto para luchar por Alberto, lo cual no debe gustar al votante promedio del núcleo duro del Fujimorismo. Eso es fatal en «los cerros» donde viven los sectores D y E (leales al ex dictador).
Como en todo, Kenji tiene debilidades estratégicas que pueden permitir la recuperación eventual de Keiko. Su dramática falta de cuadros y voceros no permite proyectar una imagen de líder de un futuro gobierno. Su discurso centrado en combatir a Fuerza Popular, sin entrar a propuestas políticas que el país demanda, puede tener un alto costo para la supervivencia de su causa.
Si la CIDH rechaza el indulto a Fujimori, en los mentideros limeños se sabe que si Vizcarra entra de Presidente, difícilmente se saldrá de la jurisdicción de la corte internacional con sede en Costa Rica. Fuerza Popular tendría una ocasión inmejorable para demostrar sus errores y exhibir la derrota del indulto como incapacidad política del menor de los Fujimori Higushi.
El futuro de Kenji no está realmente en sus manos.