Palabras que se lleva el viento

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Imagen: Ius 360

El Laissez Fair, la libertad absoluta en el mercado, se basa en un supuesto: los precios, producción de mercancías, la compra venta de bienes, son producto de un libre juego de oferta y demanda. El estado no debe intervenir para regular este proceso.

En realidad, el mercado funciona con la búsqueda de la ganancia, la especulación de precios y la Barracuda comiéndose las anchoas. También hay un cara sana del mercado cuando la libre competencia es fiscalizada por los consumidores y el Estado.

No pasa así en Perú, donde la transferencia de empresas no se somete a ninguna regulación. Hace un año se hizo una transferencia de una empresa especializada en Sílice por 6,400 millones de dolares sin pagar un sol de impuestos. Sus dueños, americanos y chilenos, estuvieron unas horas en el país para firmar y luego se fueron a Santiago. Y así, al infinito con minas y otros negocios, misma Islas Caimán.

El giga monopolio que ahora dirige Inkafarma aprovecha además la ausencia de una Ley Antimonopolios en el Perú. Lo cual revela que no solo tenemos un gobierno débil, sino un estado desnacionalizado y sometido a dogmas que hoy se cuestionan en todo el mundo.

Una economía que no está al servicio de las personas o el país es una segura indigestión política. Los ciudadanos no aceptan uso semejante del poder. (Ya no, desde que existe Internet). Y lo de Inkafarma ya saben los peruanos, no les conviene. Se viene la indigestión.

Las mismas cadenas de farmacias descubiertas y multadas por INDECOPI por concertar precios, hace unos años, ahora lucen los colores verde y amarillo patito de INKAFARMA. Empresas que también sabotearon la venta de medicamentos genéricos por 30 años, impidiendo un mayor desarrollo de los laboratorios que sirven a los peruanos más pobres. Además, han acaparado la distribución de los medicamentos que salvan vidas y alivian el dolor extremo de enfermos de cáncer, vendiéndolos a precios de 3 o 4 dígitos. El estado compra el 70% de las medicinas y no negocia en defensa de los pacientes pobres de los hospitales, el Gobierno se hace el distraído.

¿Podemos creerle al Gerente General de Inkafarma cuando dice que no abusarán de su posición de dominio en el mercado?​, ¿o la Ministra de Economía cuando dice lo mismo?
Sus palabras se las lleva el viento.

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