Asumo que todos hubiéramos querido dar la bienvenida al Papa Francisco en un contexto de alegría, armonía y desarrollo. Por el contrario, portándonos como malos anfitriones, lo terminamos recibiendo en medio de días que denotan inestabilidad, discrepancias y como siempre… Mucha, pero mucha intolerancia.
Discúlpanos, Papa Francisco. Tú eres más que un dignatario, más que el representante de un colectivo que predica una religión. Tú representas, sobre todo, los valores y principios de la humanidad: paz, tolerancia, diálogo, armonía y compresión; pero también autocrítica y firmeza para condenar los actos contrarios a la dignidad y los derechos de los más débiles que cometen los suyos.
¡Cuán bueno sería que aprendamos todo esto que representas! Aprovechemos su visita para reflexionar, para enmendar heridas y avanzar como se debe.
El Papa ha compartido algunos tuits que podrían ayudarnos en esta reflexión:
“Nos santificamos trabajando para los demás, prolongando así en la historia el acto creador de Dios.” “La acción política ha de estar verdaderamente al servicio de la persona humana, del bien común y del cuidado de la creación.” “Hay que combatir con fuerza contra la corrupción. Es un mal basado en la idolatría del dinero que hiere la dignidad humana.” “Todos tenemos talentos que Dios nos ha dado. Por eso nadie puede considerarse tan pobre que no pueda dar algo a los demás.”
Queda claro que el Papa nos invita a trabajar por nuestros hermanos, luchando contra la corrupción, convocando a cada uno de nosotros, recordándonos que quienes finalmente enfrentamos un reto político, lo debemos hacer siempre buscando servir a los demás.
Francisco… Permítenos escucharte, llenarnos de esperanza, afirmar nuestro compromiso en lograr un Perú más justo, más equitativo, donde orgullosos de lo que tenemos, podamos mantener la mirada en alto, convencidos que sabemos compartirlo con quienes verdaderamente lo necesitan.
Si bien los días no son los mejores para recibirlo, no dejo de tener fe en que un pueblo tan católico como el nuestro, sabrá reflexionar y llenarse de energía para poder sacar al Perú adelante. Bienvenido Francisco… Bienvenida la esperanza.