Durante los años 80’s y 90’s nuestro país sufrió la más sangrienta barbarie terrorista que por poco lo destruye. Crueles asesinatos, secuestros, atentados, apagones y tiniebla, que solo hacen recordar esta terrible etapa que ha quedado grabada en nuestras mentes. Cualquiera pensaría que estas atrocidades serían más que suficientes para que TODOS ―hago énfasis en todos― los peruanos luchemos unidos para eliminar la posibilidad de que algún terrorista, así como un corrupto, violador sexual o traficante de drogas, pueda formar parte de la vida cívica de nuestro país, pero la izquierda nos dijo lo contrario el pasado martes.
Los cargos públicos de elección popular requieren no solo de capacidades técnicas y políticas, sino especialmente, de una conducta ética y moral intachable que estas personas que atentaron contra nuestra democracia no tienen; y aún así, existen autoridades que predican un discurso aparentemente en contra de estos criminales, pero en la práctica ejecutan otro.
Efectivamente, el martes pasado, luego de mucho esfuerzo y trabajo se aprobó el proyecto de ley 616, que impide que los condenados por terrorismo, apología al terrorismo, narcotráfico, corrupción y violación sexual puedan postular a cargos de elección popular. Todo ello, luego de que el Poder Ejecutivo observara la autógrafa de ley que meses atrás le fuera remitida por el Congreso de la República.
Esta norma debió ser aprobada en forma inmediata y sin mayor cuestionamiento ―considerando nuestros dolorosos antecedentes y el que este año tendremos elecciones, pues existía la premura y la necesidad de evitar la participación de estas personas en dichos comicios― pero fue ampliamente debatida y hasta cuestionada.
Lamentablemente, el doble rasero al que alude el título de este artículo y al que nos tiene más que acostumbrados la izquierda peruana, volvió a aparecer. La bancada del Frente Amplio EN SU TOTALIDAD, votó en CONTRA de la aprobación de esta norma.
De más estaría reproducir todos y cada uno de los comentarios y excusas vertidas en el Pleno del Hemiciclo para justificar la votación en contra, pero el hecho concreto es que una vez más pierden una histórica ocasión para zanjar distancia con la barbarie terrorista, pierden una histórica ocasión para zanjar con su ya conocida permisología y tolerancia a actos y afirmaciones que los vincula con la apología al terrorismo, pierden pues una histórica ocasión para decirle al país ¡Terrorismo Nunca Más!
Han sido muchas las ocasiones en las que hemos escuchado o leído a miembros de la izquierda peruana, en general, aludir y recurrir a conceptos como: lucha armada, terrorismo de Estado e incluso, calificar de héroes de la democracia a miembros del MRTA. En memoria de las miles de víctimas y estando demostrado que lo que vivimos fue una barbarie terrorista, podemos afirmar que no existió una lucha armada, que el Estado Peruano se defendió de estos delincuentes y que no hubo actos terroristas por parte de los diversos Gobiernos. Lo que existió, y así se ha documentado, fueron delitos de algunos malos elementos de las FFAA y PNP, que fueron sancionados y hasta hoy, merecen sanción, pero que no constituyen la respuesta del Perú.
Hoy, con la firme convicción de que nuestro país necesita fortalecer su democracia, sus instituciones y sus partidos políticos, requiriendo para ello funcionarios, servidores y autoridades probas y honestas es que el Congreso aprobó hace algunos meses la denominada Ley de Muerte Civil. En la misma línea, nos correspondía aprobar una norma que impida que estas personas busquen financiar nuestros partidos políticos, por lo que también aprobamos la Ley del financiamiento de Partidos Políticos en el marco de la Reforma Electoral. Finalmente, y cerrando el círculo de lucha frontal contra estos graves delitos, hemos aprobado la Ley de Impedimentos, para evitar que nuestras autoridades elegidas por voto popular hayan sido sentencias por estos graves hechos. Ni corruptos, ni violadores sexuales, ni narcotraficantes, ni terroristas podrán participar en nuestras elecciones.
Seguimos trabajando. Tu nuevo Congreso de la República de mayoría naranja, por el amplio número de congresistas de Fuerza Popular, tiene la firma convicción de que éstas son las reformas que nuestro país necesita. Pasamos del dicho a la acción, pero en forma congruente y decidida, ¡Basta ya del doble rasero!