De la vacancia al indulto:
Tras haber “salvado por un pelo” la vacancia con una insólita remontada, gracias a las abstenciones de los Kenjistas, hoy llamados “avengers”, y el oportuno abandono del Pleno por parte de los congresistas izquierdistas de Nuevo Perú, PPK ni siquiera les dio tiempo para celebrar a quienes lo apoyaron, cuando la misma Noche Buena lanzó la noticia de la concesión del “indulto humanitario” en favor de Alberto Fujimori.
Reconocida por todos la facultad presidencial de conceder Indultos y Gracias, lo que en esencia se cuestiona es el modo, la forma e incluso la oportunidad. Esos aspectos han de ser objeto de análisis el dos de febrero cuando la Corte IDH lleve a cabo la Audiencia de Cumplimiento de las sentencias en los casos La Cantuta y Barrios Altos. En dicha oportunidad se realizará un control de convencionalidad, es decir, se verificará si el indulto cumple los controles de procedimiento (requisitos, plazos, competencia de los intervinientes, etc.) y de contenido (veracidad de los informes a la luz del real estado de salud y debida fundamentación), todo ello en el marco de lo dispuesto en las referidas sentencias respecto de las reparaciones, concretamente lo relativo a la sanción de quienes fueron responsables de dichos actos por los que el Estado peruano fue encontrado internacionalmente responsable.
Ya en libertad desde ayer por la noche, los hechos evidencian que los rumores sobre el mal estado de salud del “indultado”, Alberto Fujimori, eran exagerados, tanto así que el “indulto humanitario” descarta la existencia de una “enfermedad terminal” y opta por la fórmula de la “enfermedad no terminal grave, que se encuentre en etapa avanzada, progresiva, degenerativa e incurable; y además que las condiciones carcelarias puedan colocar en grave riesgo su vida, salud e integridad”, debiendo ser verificada la veracidad de esto último.
A lo dicho se agregan las recientes declaraciones del flamante Presidente del Tribunal Constitucional que no niega la posibilidad de revisar el Indulto, tal como sucedió en el caso Crousillat (STC 03660-2010 HC). El Estado Constitucional de Derecho no admite la “apariencia de legalidad”, ni mucho menos la “motivación aparente”. En tal sentido, tendremos a la vista entonces recursos tanto en sede nacional como internacional.
El Gabinete y el Congreso:
La legislatura fue ampliada hasta el 12 de enero (Decreto Presidencial 001-2017-2018-P/CR), luego de ello vendrá un receso hasta marzo. Esto quiere decir que la semana entrante, del lunes 8 al viernes 12, podríamos ser testigos de una nueva recomposición de las bancadas al interior del Congreso. Todo hace presumir que los disidentes, tanto los cuatro del partido de gobierno, como los diez Kenjistas y algunos otros que “pululan” por Pasos Perdidos, han de “unirse” e integrar la llamada “bancada mixta”, refugio de los “no agrupados” o unirse a alguna bancada existente. Como sean las cosas, esto se resuelve en breve y, según estimo, será esa recomposición congresal la que PPK está esperando para dar a conocer su nuevo gabinete, de ello finalmente dependerá la permanencia de la actual Premier Mercedes Aráoz. Si se logra dividir el bloque mayoritario de Fuerza Popular y las fuerzas se equilibran al interior del parlamento mediante alianzas tácitas, la Premier podría continuar a pesar de las resistencias que genera su permanencia pero, si no hay una ruptura definitiva y clara, es seguro que la “rumoreada” renuncia de “Mechita” se acepte “por la gobernabilidad”. En este último escenario, PPK probará de su propia medicina y deberá nombrar un nuevo Premier, quien dentro de los 30 días siguientes deberá presentarse ante el Congreso y pedir el “voto de confianza”, el cual de ser denegado, permitiría a PPK disolver al Congreso y convocar SOLO a elecciones parlamentarias.
Esa, y no otra, será la penúltima carta de PPK, quien se pone al borde de seguir enfrentando un Congreso adverso y, por ende, la evidente vacancia o renuncia, con el agravante que esta vez no tendrá quien vaya en su auxilio.
El pacto fue no vacancia por indulto, pero PPK espera más, y si no le dan gobernabilidad, mostrará su última carta y esta podría ser revocar el “indulto humanitario”; es decir, “muero matando.” Sin embargo, este “triunfo” seguro será por “walkover.”