Actuar contra la Fiscalía es un código criminal

1
Foto: La República

En la mañana del jueves 7 de diciembre los medios de comunicación informan sobre el allanamiento que realiza la Fiscalía en dos locales de Fuerza Popular. Los comentarios en las redes sociales dan cuenta ­­―con humor singular­― del sorpresivo actuar de los fiscales y policías responsables del operativo, en tanto, varios congresistas naranjas concurren presurosos a sus locales partidarios con rostros de preocupación por la medida dispuesta por el juez Richard Concepción Carhuancho, aquel que días antes había dispuesto la prisión preventiva de reconocidos empresarios vinculados al caso Odebrecht.

­­─La Fiscalía está allanando los locales de Fuerza Popular, ya se fregaron…

­­─Ojalá que pidan prisión preventiva para la china… claro que también recibió plata de Odebrecht igual que Humala y García.

­­─La Fiscalía debe meter presos a todos los políticos porque todos son corruptos, todos los candidatos siempre reciben plata por lo bajo para sus campañas.

­­─Esto un psicosocial para distraernos del caso de Susana Villarán, pues, después queda en nada, como siempre, y Keiko volverá a ser candidata, ya verán.

­­─Esa es una venganza de Pablo Sánchez porque los fujimoristas lo quieren sacar de su cargo… ahora van a ver cómo les devuelven el golpe, y esos fiscales que se prestan para el juego… no van a encontrar nada…

­­─Eso está manejado por PPK, como en el Congreso van a citar a su esposa, por eso él ha ordenado que intervengan a Fuerza Popular…

Estas frases son parte de las opiniones que muchos peruanos repiten y comentan en las calles, hogares y centros de trabajo. Lo que queda claro en la mayoría es que vivimos tiempos difíciles en el escenario político, donde los asuntos judiciales casi están amalgamados con el actuar de los políticos de turno en todos sus niveles: presidentes investigados y dos encarcelados; congresistas involucrados en actos de corrupción y conflictos de intereses hasta los “acemilados” en la vida legislativa; ministros cuestionados por sus decisiones en el cargo; gobernadores regionales presos, investigados y fugados; alcaldes haciendo de las suyas en sus feudos con altos niveles de desaprobación local por sus uñas largas y mugrosas; videítos de magistrados y sus “chacales” que demuestran su descalificación para el cargo y el ejercicio de la justicia que necesitamos; policías calatos y pegalones en las calles; y entonces, ciudadanos que no respetan ni las normas, ni las leyes, ni el semáforo, ni a las mujeres, y menos al prójimo.

Este es el país que tenemos, un Estado compuesto por un vasto territorio con más de 30 millones de peruanos sometidos a gobiernos que no gobiernan bien, gobiernos compuestos por un “basto” grupo de políticos que en los últimos meses se han dedicado a destruir la incipiente democracia y la frágil institucionalidad que sostiene al borde del abismo la gobernabilidad peruana.

Debemos entender que el gobierno no es el presidente y sus ministros solamente, el gobierno está compuesto también por el Congreso, el sistema de justicia, los gobiernos locales, regionales, y demás organismos autónomos. Todos son el gobierno, por lo tanto, sabotear o entorpecer al otro porque no es de mi bandera política es sabotearse a sí mismos. Es un error pensar que si el fujimorismo no logró la presidencia, entonces les corresponde actuar como enemigos del gobierno, es un error pensar que si la Fiscalía los investiga, entonces les corresponde actuar como enemigos de la Fiscalía, es un error pensar que si los colorados piensan diferente a los naranjas entonces les corresponde actuar como enemigos de los colorados. Esa actitud es una muestra de inaptitud plena en el ejercicio de la verdadera política, una impericia total en el arte de participar de manera activa en las políticas de gobierno para lograr la convivencia pacífica y un estado de bienestar para todos los peruanos.

Actuar contra el gobierno es un acto terrorista, actuar contra la Fiscalía es un código criminal, actuar contra el otro porque lo consideras inferior es un delito condenable por las leyes, actuar contra la institucionalidad de las entidades del Estado es destruir los pilares de la democracia, actuar contra la gobernabilidad es el germen que da lugar a las dictaduras más perversas en manos de seres tan miserables como sus propias ambiciones de poder y riqueza sin el mínimo respeto de los derechos fundamentales.

Acaso debemos permitir que este oscuro camino se abra paso en medio de la purulenta realidad política que vemos atónitos frente a las pantallas de televisión, casi hipnotizados, sin movernos, sin reaccionar, sin siquiera darnos cuenta que similar espectáculo puede sucedernos al mirar por nuestras ventanas, en nuestra vereda, en la casa del vecino, en el mercado que queda a unas cuadras, allí, al lado, tan cerca, incluso dentro de nuestras propias casas.

Acaso debemos permitir que la frase “sufre, peruano sufre” se convierta en la cultura de un pueblo que no termina de entender que la única forma de resistir y vencer a esta especie de agujero negro que nos consume, es tomando acción y levantando la voz para impedir que otra vez vuelva la sombra negra de los 90.

Los políticos de hoy deben entender que el poder que tienen no es suficiente para someter a un país dentro de su chatura moral. La sociedad civil, los jóvenes de espíritu libre no van a permitir que esto suceda, así que solo les queda el camino de hacer las cosas bien. Aún están a tiempo de corregir el rumbo equivocado para reencaminar el país hacia el progreso, de lo contrario ellos mismos sufrirán las consecuencias.

1 COMENTARIO

¡Participa del debate! Deja tu comentario

Por favor, ingrese su comentario
Por favor ingrese su nombre aquí