No es ningún secreto mi abierta discrepancia con la política económica que implementa el presente gobierno. Lejos de atender a los más necesitados y comprender nuestra realidad, el equipo de PPK privilegia su atención en mega proyectos donde lo que prima son los intereses de grandes grupos económicos.
Llama gravemente mi atención que, a efectos de enfrentar los principales problemas de nuestro país, se renuncie a implementar medidas integrales. Un ejemplo claro de lo señalado es el nulo interés que el Ejecutivo entrega al INABIF.
Como todos sabemos, hoy el Perú enfrenta un grave problema que atañe a todos los peruanos: la violencia en todas sus facetas. Vivimos en una sociedad que actualmente está enferma, y nos hemos acostumbrado a vivir en ella.
Para muchos, la solución a este problema pasa exclusivamente por colocar más policías en la calle, solicitar el apoyo de los militares, tipificar nuevos delitos, endurecer las penas o quitar beneficios penitenciarios. Se proponen estas soluciones asumiendo que serán disuasivas respecto a la realización de actos de violencia y allí radica el problema, pues no es suficiente reprimir. Más importante es prevenir.
El Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (conocido como el INABIF) es clave en esta visión. Se trata de un organismo público que funciona dentro del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, cuyo objetivo es proteger a los niños y adolescentes en situación de abandono, a personas con discapacidad y a los adultos mayores, así como también proteger a las familias en situación de vulnerabilidad y riesgo social, para que puedan asumir sus funciones y roles.
La necesidad de una mayor asignación presupuestal es fundamental para que las conductas de riesgo de niños y adolescentes y la violencia contra las mujeres no estén presentes en nuestra sociedad los próximos años, ni sean parte de la conducta social de nuestras próximas generaciones.
Hoy vemos ―desde la sociedad civil― las marchas o campañas de sensibilización como instrumento para generar opinión pública y exigir que el Estado tome real interés en la problemática de la violencia contra la mujer y social que enfrenta el país.
Las palabras, sin embargo, no deben quedarse a nivel de discurso. Por ello, este Congreso de la República exigió la asignación de mayores recursos para el INABIF en el Presupuesto para el año fiscal 2018, pero decidieron no escucharnos. Ojalá algún día aprendan a ver el problema y, sobre todo, las soluciones de manera integral.