Semáforo Nutricional

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Foto: Perú 21

Se critica mucho acerca del semáforo nutricional aprobado en la Comisión de Defensa al Consumidor. Se pretende señalar que habríamos legislado contra los intereses del consumidor, confundiéndolo y solo con miras a beneficiar a la industria… ¡FALSO!

Desde un primer momento, Daniel Salaverry presentó esta iniciativa con el objetivo de advertir, alertar, cautelar e informar a la población respecto del consumo de determinados productos. Anótese bien: ALERTAR E INFORMAR.

Informar claramente ―de manera inclusiva― no solo para algunos, sino para todos. Con la propuesta aprobada, queda demostrado que quienes deseen contar con información detallada podrán tener la seguridad de que los alimentos industrializados incluirán una tabla nutricional más completa y clara, con información del contenido de sus nutrientes y su contribución al máximo establecido de consumo diario, según las recomendaciones del MINSA, OMS y FAO, contenidas en el Codex Alimentarius.

Aquellos que no requieran poner atención en la información detallada, tendrán también la certeza de una advertencia notoria, clara y semaforizada, a la vista del consumidor en cada alimento industrializado, que resaltará los niveles de calorías, azúcar, sal, grasas y sodio en el etiquetado frontal. Esta especificará los contenidos de cada componente y los colores rojo, amarillo y verde estarán en función de si excede o no la contribución máxima, media o mínima del valor diario de referencia (VDR) que elabora el MINSA.

Se trata de una alerta muy fácil de entender por delante, así como de mayor claridad en la tabla nutricional para los que deseen informarse más.

Esta propuesta se suma y acoge la necesidad planteada por nuestra legislación actual de advertir cuando un alimento es “ALTO EN AZÚCAR”, “ALTO EN SODIO” o “ALTO en GRASAS SATURADAS”. El semáforo nutricional propuesto así lo hará y, además, coloreándolo en rojo (no solo gris) cuando esto suceda; pero la propuesta actual también cubre el riesgo que la propuesta vigente tenía: por buscar excesiva simplicidad se atentaba contra el nivel de información real que exige el consumidor respecto a lo que está consumiendo. De esta manera, el semáforo nutricional ADVIERTE e INFORMA.

El octógono propuesto en la Ley actual permitía al consumidor recibir una información superficial que, al ser incompleta, incrementaba los niveles de probabilidad de orientar incorrectamente al consumidor, llegando al extremo de poner advertencias generales y sin referencias en los yogurts, cereales integrales, frutos secos, entre otros. Hoy, el semáforo nutricional permite al consumidor hacer distinciones claras, pues muestra transparentes contenidos y advierte claramente.

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