Tras un prolongado periodo de “enfriamiento” por factores internos y externos, la economía peruana evidencia señales de recuperación y este año alcanzaría un crecimiento promedio del 2,8% a nivel del Producto Bruto Interno (PBI)[1], debido a una evolución favorable de la mayoría de sectores productivos como la minería e hidrocarburos, telecomunicaciones, construcción, comercio y transporte, entre otros.
Esta ligera proyección al alza en materia de recuperación económica es alentadora y genera optimismo en el mercado, luego de nefastos acontecimientos ocurridos en el país, como el devastador impacto del fenómeno “El Niño Costero”, que meses atrás provocó intensas lluvias e inundaciones en regiones del norte con graves daños a la infraestructura de las ciudades afectadas, millonarias pérdidas y dramas familiares.
La investigación abierta por el tema Odebrecht y su trama de corrupción que involucra a la clase política, sin precedentes en el país y la región, también ha generado un enorme perjuicio al dejar en compás de espera inversiones, tanto públicas como privadas, así como la ejecución de determinados proyectos que promueve el Estado con participación de la iniciativa empresarial.
El buen desempeño de la actividad productiva y en particular el incremento de las exportaciones “Made in Perú”, como los envíos de harina y aceite de pescado, café, azúcar, cobre, plata, oro; productos agropecuarios, textiles, pesqueros, siderometalúrgicos, químicos y metalmecánicos, avizora un mejor comportamiento el próximo año y las autoridades gubernamentales proyectan un crecimiento promedio de la economía de 4,2% a nivel del PBI el 2018.
El aporte de la producción minera y la recuperación de precios de “commodities” en el mercado internacional ejercen un rol protagónico en el repunte de la economía peruana en los próximos meses. A su vez, pone en agenda la necesidad de que el país lleve adelante un proceso de transformación productiva en base a la innovación, desarrollo y tecnología que permita exportar más productos con valor agregado que hoy demanda el mundo moderno en base a estrategias de eficiencia y competitividad.
Competir para ganar
Precisamente, la corrupción, burocracia gubernamental, elevada carga de impuestos, deficiente infraestructura e inseguridad, son algunos de los factores que perjudican el clima de negocios en Perú con evidente perjuicio a su competitividad que hoy lo ubican en el puesto 72 del ranking mundial, un retroceso de 5 posiciones en comparación al informe del año pasado y una severa llamada de atención a los poderes del Estado (Ejecutivo-Legislativo) que, además de tan “encendidos cuestionamientos políticos”, también deberían concentrar el debate en los grandes temas de interés nacional.
El Informe Global de Competitividad 2017-2018, publicado recientemente por el Foro Económico Mundial, evalúa los factores que impulsan la productividad y crecimiento en 137 países, pero revela retrocesos de nuestra nación en los pilares institucionales, entorno macroeconómico, educación superior y capacitación, eficiencia del mercado de bienes, eficiencia del mercado laboral, desarrollo del mercado financiero y sofisticación empresarial.
Por el contrario, las mejoras corresponden a los pilares salud y educación básica, preparación tecnológica e innovación, entre otros.
Este resultado demuestra que pese a los avances y logros alcanzados en materia de crecimiento económico en los últimos años, reconocido por la comunidad internacional, el país tiene enormes retos que superar con eficientes políticas de gestión gubernamental y la ejecución de reformas pendientes bajo la perspectiva de mejorar la calidad de vida de los peruanos.
¡Debemos competir para ganar!
[1] El PBI constituye el principal indicador que mide el valor monetario de los bienes y servicios producidos por una economía en determinado periodo. Se calcula al sumar el consumo efectuado por las familias, el gobierno, las inversiones y las exportaciones deducidas de las importaciones.
Efectivamente, «DEBEMOS COMPETIR PARA GANAR», aún con los riesgos que signifiquen, es lo único que nos permitirá obtener resultados positivos y de los negativos, generan estrategias para corregir.
Saludos Paul.