El domingo 22 de octubre se realizó el XII Censo de Población, VII de Vivienda y el III de Comunidades indígenas. Este nos permitirá conocer cuántos somos, cómo vivimos, cómo nos sentimos e identificamos, transcurridos 10 años del último censo del 2007.
Los censos significan información estadística importante para planificar el desarrollo del país, lo cual indica ―implícitamente― que la planificación es un instrumento importante para adoptar decisiones de política económica.
La planificación es responsabilidad del Estado y no debemos renunciar a ella. Planificación no es estatismo, sino definir con claridad objetivos de corto, mediano y largo plazo que, como país, apuntamos a conseguir. De allí que podamos proyectar la inversión pública y privada, con trabajo digno y seguridad social, con calidad de vida para todas y todos los peruanos.
La planificación permite al Estado priorizar las obras e inversiones, racionalizar su ejecución, además de medir mejor el impacto que tienen en la economía, de manera que prioricemos nuestra actividad: agro, minería, comercio, turismo, industria entre otras, porque generan empleo, seguridad alimentaria y/o divisas.
Los censos nacionales del último domingo, aunque exitosos por la alta participación cívica de la población, tuvieron serios inconvenientes por la falta de organización y planificación para su realización. Con todo eso, esperamos que la información pública dé sus resultados (no por “convenios privados”), nos permita avanzar en conocernos y planificar nuestro desarrollo.