Justicia a la deriva

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Foto: ABC News

Preocupa que la percepción sobre la “Justicia” en el Perú se encuentre seriamente cuestionada por la opinión pública, porque NO encontramos respuestas oportunas y adecuadas respecto a su eficacia o imparcialidad sobre diversos casos que se encuentran en boca de todos los peruanos.

Preocupa porque el lento y confuso avance de las investigaciones sobre lavado de activos, enriquecimiento ilícito o corrupción generalizada —que involucraría a líderes políticos y grandes empresarios— termina por debilitar más un Sistema de Justicia venido a menos, etiquetándolo de incapaz para sancionar a los verdaderos responsables.

Preocupa que la “Impunidad” sea hoy percibida como más poderosa que la “Justicia”. Que los peruanos digamos en las encuestas que la “Justicia” no es justa, y no trata a todos por igual. Que digamos que la “Justicia” no resuelve y abuse de su autoridad, pasando por encima de derechos ciudadanos y el libre ejercicio de la libertad. Eso es muy grave.

Un Estado-Nación con una justicia sin peso ni reputación difícilmente podrá ejercer el rol encomendado. Una “Justicia” que parecer ir a la deriva NO es lo que necesita una sociedad moderna para hacer que todos los peruanos respetemos las reglas de juego.

Este es el reto que tiene la “Justicia” en el Perú. Debe recuperar su reputación de marca. Que todos la respetemos por lo que representa. Que no pongamos en duda su imparcialidad ―como hoy ocurre.

Las ideas y vueltas respecto a sus fallos; la incongruencia y la pelea pública entre jueces y fiscales, y las pugnas por quién toma el control del Sistema de Justicia en el Perú solo terminan por hacerle más daño. Estas disputas innecesarias solo consiguen una percepción ciudadana negativa respecto a sus sentencias, que son parcializadas e inverosímiles. Esto, hoy es una idea generalizada respecto a la “Justicia en el Perú”.

El tema se complica más cuando a esta percepción de injusticia generalizada se suma la idea de que los medios de prensa influyen también defendiendo sus propios intereses, inclinando la balanza en la percepción ciudadana. Esto NO ocurriría si tuviésemos reglas de juego claras que se hagan cumplir para todos por igual. Pero hoy ocurre.

¿Qué estamos haciendo para cambiar esta nefasta percepción? El silencio cómplice no ayuda. Tenemos que dar la cara y poner orden en este tablero de control que se nos va de las manos de una vez por todas. ¿Hasta cuándo tendremos que esperar por una “Justicia” justa en el Perú?

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