¡¡¡Sin querer queriendo!!!

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Foto: Minedu

Las últimas semanas fuimos testigos ─una vez más─ de cómo se cometen atropellos, abuso, violencia en su máxima expresión contra la mujer. No solo por algún sujeto en contra de su pareja, quien la arrastró sin piedad por las calles de Miraflores y todos lo vimos, pues felizmente otra mujer lo grabó. Lo hemos visto cuando el abogado del mismo comentaba sin vergüenza alguna que lo sucedido era tipificado como “una falta” y ¡¡¡no un delito!!! Que la acusación de tentativa de feminicidio era “desproporcionada”…

Hemos sido violentadas cuando una congresista, quien preside la comisión ordinaria de Mujer y Familia, no se le ocurre mejor idea que hacer un absurdo comentario como que “son las mujeres quienes dan la oportunidad de ser agredidas, pues sacan de contexto a un agresor absolutamente sano… ¿Qué? Y sin querer queriendo ¡¡¡agreden!!! ¡¡¡Por Dios!!!  ¿Quién la asesora?… Y lo hace en tiempos en los cuales estamos hartos de ver con indignación que nuestras autoridades responsables del bienestar de la mujer y familia no actúan como la sociedad espera. Uno no espera eso de quienes tienen la posibilidad de generar cambios estructurales que eviten la violencia contra la mujer que se desangra en nuestro país. Mucho menos que se le ocurra decir algo así, y más lamentable aún, que al decirlo tome como referencia a un psicólogo salido de no se sabe dónde, quien habría dicho tal comentario en alguna conferencia… ¡¡¡Vergüenza ajena!!!

¿Hasta cuándo hemos de permitir que nuestras hijas, madres, hermanas, amigas y mujeres de nuestro país sigan viviendo en violencia, desangrándose y convirtiéndose en cifras de feminicidio? Hasta que nuestras autoridades no decidan despertar del sueño profundo que les genera manejar una cartera o dirigir mesas de trabajo, comisiones y más, que se supone plantearían soluciones para enfrentar este mal… ¡¡¡Tenemos que actuar!!!

A nivel de programas de educación emocional, primero en los colegios con los niños y niñas, y desde los primeros años de formación con los padres de familia, los psicólogos tenemos la oportunidad de abordar estos temas (en especial quienes dirigimos escuelas para padres), generando así un impacto en ambos progenitores sobre la importancia de una vida equilibrada y sana para los niños, quienes de adultos formarán hogares y repetirán modelos si no actuamos y corregimos ya. No podemos ser permisivos ni permitir que los chicos no aprendan cómo enfrentar los desafíos propios de cada edad, que se crean merecedores de todo y que sus necesidades serán satisfechas, sea cual fuere el precio.

Trabajar con los jóvenes en la etapa de la adolescencia, enseñarles la importancia del autocuidado y saber identificar a tiempo relaciones que se convierten en tormentosas a medida que pasa el tiempo, que sepan identificar conductas agresivas desde el primer momento y a tiempo.

Trabajar con las mujeres que viven en violencia, que crían niños, que están ya perdidas en una relación que las atrapa y humilla, física y emocionalmente, que aprendan a pedir ayuda, que sepan que existen muchas formas de buscar apoyo, que no están solas.

Trabajemos con la sociedad. Tenemos que sensibilizarnos realmente con este tema, que no sea una noticia del momento. Es el palpitar de un corazón que, día a día, pierde fuerza, pues lucha solo. No podemos deshumanizarnos. Todos podemos ser parte del cambio. Empecemos por nuestros círculos más inmediatos. ¡¡¡Veamos lo que ellas no ven y empecemos a trabajar ya!!!! Me pongo a disposición…

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