El pasado miércoles 13 de septiembre, el señor Fernando Zavala, en su condición de Presidente del Consejo de Ministros, solicitó al Congreso de la República la renovación, en primer término, y luego, vía rectificación, la confianza no solo a él, como Premier o Ministro de Economía, sino a todo el Gabinete, como “respuesta” ante la eventual censura de la Ministra de Educación, que previamente habían anunciado, entre otros grupos parlamentarios, Fuerza Popular.
Quisiera hacer un recuento rápido de los diversos momentos que han marcado, según mis apreciaciones, la relación entre ambos poderes, desde el voto de confianza que se anunciaba se denegaría, el otorgamiento de facultades legislativas ―que también se señaló no otorgaríamos―, el trabajo conjunto en la revisión y modificación de los Decretos Legislativos, la aprobación en tiempo récord de la Ley de la Reconstrucción, la aprobación del Presupuesto Público, el apoyo a la actuación del Poder Ejecutivo en el marco de la crisis que atraviesan nuestros hermanos venezolanos, entre otros. En general, la relación entre ambos poderes, resultaba siendo una relación cordial y de colaboración.
Hubieron desde luego situaciones de tensión, como el caso de la censura al Ministro Jaime Saavedra, por temas concretos identificados de corrupción en su sector; el caso de la denegatoria de confianza al Ministro Alfredo Thorne por el tristemente famoso dialogo que sostuvieron él, el expremier y el exministro de Transportes con el Contralor General de la República, que daba evidencia de forzar la viabilidad del proyecto del aeropuerto de Chinchero. Definitivamente el Poder Ejecutivo ha afrontado varias crisis políticas y de liderazgo en su interior (audio Moreno, Chinchero, Procuradoras, etc), y aquellas que se han originado con el Congreso obedecen estrictamente al ejercicio del control político y la fiscalización, que como fuerza de oposición la asume Fuerza Popular como primera fuerza política del país. Se nos eligió como una opción distinta al Gobierno, para colaborar en aquello que sea importante y determinante para el país, pero también el ejercicio del balance absoluto en la práctica del poder.
Hoy existe nuevamente un conflicto originado por el Poder Ejecutivo, al plantearse la cuestión de confianza del todo el Gabinete, para respaldar a una Ministra cuya gestión desaprueba el 75% de los peruanos. Se ha expresado como argumento del respaldo la defensa de una política de Estado del sector Educación, lo cual es FALSO, pues las políticas públicas ―como puede ser la educativa― trascienden a las personas, se trata de decisiones de Gobierno no de individuos. Insistir en una persona que no tiene la credibilidad necesaria por ejemplo frente a los docentes, activo importante de un reforma magisterial, es conducir cualquier reforma educativa al fracaso absoluto.
Firmemente creemos en la necesidad de ponderar el debate de ideas, el intercambio alturado de posiciones, pero sobre todo creemos en el equilibrio de poderes, que se sustenta en la independencia absoluta de uno respecto de los otros. Sin embargo, al referirse, cierto sector de abúlicos, sobre la necesidad de seguir con la confrontación, “de evitar abusos” por parte de la mayoría congresal, es importante señalar que, al habérsenos elegido ―al igual que el Presidente vía elección popular y por el plazo de 5 años― es necesario que se tenga en cuenta que no tenemos mayor limitación al ejecicio de dicha oposición responsable y fiscalizadora, que aquella que se circunscribe al bienestar general. Por ello, cuando surge la posibilidad de que nos veamos impedidos de censurar a un Gabinete pese a que podrían existir circunstancias que lo ameriten, por el hecho de abrir la posibilidad constitucional de cierre del Congreso de la República por parte del Presidente, señalamos que ello no es una opción viable, pues el compromiso con el país es el de fiscalizar, representar y legislar a favor de generar un país basado en la equidad.
Esperamos, sinceramente, que el próximo Presidente del Consejo de Ministros no solo sea una persona de destacada trayectoria técnica, sino que en especial sea una persona que en mayor medida tenga la capacidad de lograr consensos. Que tenga la suficiente habilidad política para sentar a los representantes del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo para acordar agendas comunes y buscar coincidencias para así poder enfrentar las necesidades de nuestra población.
Finalmente, sobre la designación del próximo Gabinete y quienes lo podrían conformar, dejemos de lado las teorías, dialoguemos, precisemos, sustentemos posiciones con prudencia y cautela para que en uso de su prerrogativa Constitucional el Presidente Kuczynski designe a las personas encargadas de conducir los temas sectoriales. Luego de ello, en uso de las mismas prerrogativas constitucionales, le corresponderá al Congreso de la República evaluar el otorgamiento del correspondiente voto de confianza. Hasta eso, evitemos especulaciones.