Keiko al 2021, ¿cada vez más lejos?: Otra lectura a la caída del Gabinete Zavala

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Muchos simpatizantes del fujimorismo están saltando en un pie con la caída en desgracia del Gabinete Zavala. Se cayó “el Gabinete de Lujo”, dicen algunos, «Fuerza Popular no arrugó», celebran otros. E incluso ven esto como un golpe de autoridad por parte del fujimorismo y su lideresa. Sin embargo, es pronto para cantar victoria.

Para comenzar, el traerse abajo a un Gabinete tiene serio un impacto político y, más importante, económico. Genera poca confianza para invertir el ver a un Gobierno inestable, con políticas públicas y leyes cambiantes que dependen de dos poderes, el Ejecutivo y el Legislativo, que se la tienen jurada. Con dos ministros censurados, y un Gabinete al cual se le negó la cuestión de confianza, más de un empresario lo pensará dos veces antes de invertir en el Perú, ¿quién le asegura que se respetarán las reglas de juego?

Definitivamente, en el corto plazo, quien más pierde es PPK. Su gabinete era también una suerte de pararrayos. Los ministros, usando términos coloquiales, «apechugaban» ante las críticas; ponían el pecho a las balas, salvaguardando a un Presidente que, seamos sinceros, poco puede hacer ante una bancada con mayoría furiosa y que tiene a voceros de verbo florido como Becerril.

A largo plazo; sin embargo, habría que analizar las posibilidades de Keiko Fujimori al 2021. Las encuestas dicen una cosa, pero ya sabemos que la temperatura política puede cambiar sustancialmente de cara a las próximas elecciones generales. Tenemos a un Julio Guzmán que, casi sin hablar ni aparecer en medios, tiene un nada desdeñable 29 por ciento de las preferencias. Un rival de cuidado.

Lo otro es la eterna batalla entre pro-fujimoristas y anti-fujimoristas. Esto ha evolucionado, y esas no son buenas noticias para Fuerza Popular. Las declaraciones de Keiko Fujimori, su «Mensaje a la Nación» exigiendo cambios al Presidente. Su aparición a cuenta gotas, y siempre para poner el dedo en la llaga, dando muestras de «su poder», han personalizado las rencillas.

Para el 2021 el país probablemente ya no esté dividido entre fujis y anti-fujis, sino que veremos mucho más marcadas las tendencias pro-Keiko y No a Keiko, así con nombre propio. El fujimorismo no ha hecho nada por dar una imagen distinta, por el contrario, ha reforzado su imagen de partido autoritario. Si la intención era ganarse a la otra mitad del país, lo están haciendo mal, muy mal. Tal vez el menor de los Fujimori sea el as bajo la manga. Nada es casualidad en política.

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