Soberbia. No encuentro otra palabra para definir el actuar del Ejecutivo. Ya lo percibíamos desde hace varios meses, cuando veíamos a un Premier afanado en gritar a viva voz que el Congreso obstaculizaba sus labores. Le fallaba la memoria, al olvidar que este mismo Parlamento, al que hoy acusa de enemigo de la reforma educativa, fue el que le dio la confianza al inicio de su gestión, la delegación de facultades, el presupuesto. El que salvó decenas de Decretos Legislativos elaborados de manera defectuosa por el autodenominado “equipo de lujo”, priorizando sus proyectos de Ley… y un gran etcétera.
Creyeron, en ese momento, que gritando y repitiendo hasta el hartazgo que somos obstruccionistas podían endosarnos su incapacidad de gestión al mando del Poder Ejecutivo… pero se equivocaron. La población puede confundirse, fastidiarse, pero tonta no es. Y sabe reconocer muy bien que hoy, los intereses de quienes administran los ministerios son extremadamente diferentes a las necesidades de los ciudadanos de a pie.
El Gabinete Zavala pretende esconder la verdad a la población de la manera más baja. Miente descaradamente señalando que Fuerza Popular no permite desarrollar la política educativa. Incluso, la Ministra de Justicia señaló ―en una reciente entrevista― que “nos oponíamos a la evaluación de maestros”, cuando hemos señalado en reiteradas oportunidades que la meritocracia no debe ser eliminada.
Acorralados, sin voz luego de gritar tantas mentiras, al Gabinete no le queda más que poner en práctica una receta trasnochada que alguien les acercara hace varios meses. Aquella que indicaba que pedir la cuestión de confianza sería una tremenda amenaza para la principal fuerza opositora.
Quienes redactaron esta absurda receta aseguraban que bajaríamos la cabeza, que nos temblaría la mano, que nos esconderíamos tras nuestras curules…. Se equivocan. Que les quede claro… Los miembros de Fuerza Popular no le tenemos miedo a sus amenazas ni a sus mentiras. Lo único que logran es recordarnos que la población nos pidió ocupar una curul para pensar en las necesidades de las mayorías… no en intereses individuales.
No nos confundirán. Si no damos la confianza es porque estamos cansados de un gobierno que esconde su ausencia de talento, su temor a ser investigados y su carencia de ideas para darle a los peruanos lo que realmente necesitan: igualdad de oportunidades. No permitiremos que sigan engañando a la población. No permitiremos que amenacen al pueblo bajo el pretexto de una cuestión de confianza.