En la mañana de hoy jueves 17 de agosto, una furgoneta arrolló a decenas de personas en la zona turística Las Ramblas en Barcelona. Más de un centenar de personas han resultado heridas —15 de ellas en estado de gravedad— y a esta hora se ha confirmado la muerte de 13 personas.
Las autoridades afirman que el objetivo del atentado era «matar a la mayor cantidad de gente posible» por la forma en la que el autor del crimen condujo (en zigzag, según los testigos) y por el lugar escogido por los terroristas, pues en Las Ramblas hay un sinnúmero de restaurantes y cafés con mesas en las aceras, además de puestos de comercio en las calles.
La policía catalana confirmó que detuvieron a dos personas que podrían estar vinculadas al atentado; sin embargo, ninguna de ellas fue quien conducía la furgoneta. Según información de la Guardia Civil, el ciudadano Driss Oukabir —de origen magrebí y residente legal en España— alquiló la furgoneta. Oukakir se acercó voluntariamente ante la policía afirmando que le sustrajeron sus documentos y que no tenía relación con lo sucedido.
Horas después, se supo que el autodenominado grupo Estado Islámico se atribuyó el atentado, pero no han demostrado su vínculo.