El desplome de Castañeda

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Foto: La República

¿Qué razones explicarían que el 60% de aprobación del Alcalde de Lima hace un año se haya convertido hoy en desaprobación? Según GFK en marzo (62%) y Datum en abril (70%), la desaprobación del alcalde alcanza cifras históricas en su carrera de gobierno al mando del Municipio de Lima

Dos serían las razones principales por las cuales la gestión del actual burgomaestre se desploma de pronto, sin encontrar una salida política frente a esta situación que parece ya condenarlo al olvido.

Una primera razón es que su soberbia no le permitió darse cuenta que la Lima que dejó tras sus primeros periodos de gobierno cambió tras el paso de la gestión Villarán. Si algo dejó esta, luego de cuatro años, fue una ciudad más consciente de los servicios públicos que podía recibir de parte de la corporación municipal. No solo a nivel de infraestructura y conectividad, sino fundamentalmente a nivel de servicios al ciudadano y al vecino de la capital. Mientras la capital rejuveneció, el señor Castañeda se hizo viejo ―sería una frase que resuma mejor este desfase generacional.

Una segunda razón es que reemplazó la sobreexposición mediática y publicitaria de sus primeras gestiones por un silencio sepulcral y culposo en la actual gestión. Lo que antes eran funcionarios felices explicando el avance de obras y anticipándose a la queja ciudadana o la crítica de sus opositores, hoy se ha convertido en una gestión apática, sin comunicación oportuna y con explicaciones insuficientes y, en muchos casos, confusas e incriminatorias.

Esta actitud decadente de un líder político que parece vivir sus últimos días es incompatible con una nueva generación de limeños que busca conquistar el mundo a punta de garra, pasión y velocidades que la tecnología Castañeda no logra alcanzar.

Ello explicaría su cuestionada ausencia en el proceso de rescate del incendio de Las Malvinas y su negación de responsabilidad los últimos días, su evasión en el caso del bus que se desbarrancó en el Cerro San Cristóbal, o su absurdo y prolongado silencio ante las denuncias por el puente Bella Unión, las 580 grietas estructurales del by pass de 28 de julio, la interferencia con OAS para dilatar las obras de Parque Rio Verde (LAMSAN), las denuncias de Contraloría por dilatar obras y sobrevalorarlas o las denuncias de la Procuraduría por OAS.

La actual gestión Castañeda parece una gestión fantasma. Si realmente no quería gobernar, entonces ¿para qué postuló al cargo nuevamente? No encontramos hoy un funcionario de la corporación que parezca disfrutar el encargo gubernamental. Tal vez mejor sería que Castañeda de un paso al costado y permita que una gestión vital y con ganas de hacer cambios tome el poder para transformar en serio la capital.

1 COMENTARIO

  1. Buena columna aunque no estoy de acuerdo con la primera razón ya que salimos de una de las peores gestiones que he visto en años con Villarán a la cabeza, así que grandes cambios no hubieron, porque hacer las cosas mal o a medias no es hacerlas. Por otro lado es cierto que Castañeda no ha sabido comunicar (si ya era un problema antes ahora empeoró) pero no hay que menospreciar el impacto que tienen todos los opinologos antis que apoyaron a Villarán y que apenas Lima les dio la contra volviendo a votar por Castañeda lo han atacado desde el día que tomó posesión del cargo. Siendo casi todos los medios antiCastañeda eso mella tu popularidad poco a poco y con una pésima gestión de comunicación no han sabido contrarrestar el impacto en la popularidad como en las gestiones anteriores.

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