¡Cómo es posible! De hace unos años para acá, esta descabellada frase está lamentablemente en la boca de muchos ciudadanos, como una suerte de resignación de que es lo único a lo que la población puede aspirar de sus autoridades. Generalmente se escucha al calor de las contiendas electorales municipales.
¿En qué momento ―como electores― dimos por perdida la fe y la confianza en nuestros gobernantes? ¿Qué nos pasó que nos sentimos merecedores de ese estereotipo de autoridades? Claro, siempre es más fácil mirar para otro lado.
Las leyendas urbanas hablan hasta de porcentajes que cobran en algunas municipalidades, por autorizaciones de todo tipo, por aprobar proyectos de construcción que no aprobaría un profesor de arquitectura ni de ingeniería. ¿Cambios de zonificación al gusto del cliente? ¡Ese ya es otro precio!
Son secretos a voces, rumores, chismes, pero todos sabemos de algún caso. ¿Qué nos pasa? ¿No es esto también baja autoestima? ¿Por qué creemos ser merecedores de que nos traten con tan poco respeto? ¿Por qué esa endiablada frase: ¡No importa que robe, pero que haga!, termina pareciéndonos tan normal?
Estamos a punto del inicio de las campañas municipales y regionales. Estamos a tiempo de hacer algunas modificaciones electorales. Momento oportuno de hacer “borrón y cuenta nueva”, pero esta vez incorporando mayores controles, no solo institucionales, sino por parte de la población. Rendiciones de cuenta.
Muchas autoridades municipales se han olvidado que son electas y, por lo tanto, representativas de la voluntad de la población. Sus funcionarios son servidores públicos. Se olvidan que nos deben explicaciones antes, durante y después de lo que decidan hacer en la jurisdicción que gobiernan, pero que también resulta ser el lugar donde vivimos, o para que lo entiendan mejor, el lugar donde viven sus electores.
Los que viven en condominios saben lo delicado que es elegir al administrador, lo pendiente que estamos de él, porque sabemos que su gestión exitosa nos dará bienestar, pero que una gestión desastrosa nos hará perder bienestar, seguridad y hasta el valor de nuestro predio. Igual es nuestro municipio. Elijamos bien.