Desde la Constitución Política del Estado peruano de 1993, se decide que la forma de organización democrática del Perú sea la Descentralización, dándose recién en 2002 la Ley de bases de la Descentralización, con el objetivo de desarrollar este mandato constitucional, estableciendo los roles de los tres niveles de gobierno: Nacional, Regional y Local o Municipal, con la finalidad de lograr un desarrollo integral y armónico del país, y a la vez lograr un equilibrio de poder entre los tres niveles de gobierno.
Desde entonces estamos inmersos en este proceso con idas y venidas, supuestamente seguimos fieles a los principios enunciados en la Ley, “política permanente y obligatoria del Estado” dice, y que es “irreversible y gradual”. Pero tenemos que preguntarnos como ciudadanía, ¿cuánto tiempo ha pasado y qué avances en el proceso de descentralización se han logrado? ¿Realmente se quiere descentralizar?
Es muy simplista pasarles competencias y recursos y no capacidades, y luego acusar a los gobiernos subnacionales que no son capaces de ejercer su gestión. Al mismo tiempo, una de las pocas cosas en que Ejecutivo y Legislativo se ponen de —desde hace unos años— es seguir creando municipalidades sin importar si están por debajo de un tamaño adecuado para ser capaces de hacer eficiente una gestión, lo cual además está normado por una Ley de Demarcación Territorial que no respetan.
¿Saben las autoridades y funcionarios del Ejecutivo y Legislativo que muchas municipalidades se conforman para tener un alcalde que hable por ellos? ¿Para ver que les transfieran realmente recursos? La verdad es que en muchos casos son poblaciones invisibles, que no son atendidas ni por la municipalidad distrital, ni la provincial, ni la regional a la que pertenecen, y a veces ni el Gobierno Nacional los ve. ¿De qué descentralización estamos hablando?
Es como no permitir que un niño crezca. Que asuma responsabilidades gradualmente, que se fortalezca. ¿Cómo va a lograr crecer si no se le orienta, capacita y acompaña en el proceso de crecer y asumir responsabilidades? ¿Queremos que crezca o siga dependiendo?
¿Dónde queda el principio de subsidiariedad, que supone lograr mayor eficiencia y eficacia, y más importante aún, mejor control de la propia población? ¿Realmente queremos un país descentralizado?