Y tú… ¿cómo te llamas?

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Cuando termino una sesión de terapia veo en mis pacientes cómo lidian con conflictos internos para no bajar la guardia en la productividad que esperan las empresas donde trabajan… y cuando veo la cantidad de cursos y eventos que se dictan sobre conocimiento tecnológico, aprendizaje organizacional, habilidades directivas y etcéteras… me pregunto ¿dónde se encuentra el enfoque humano y psicológico?

¿Por qué renunciar al conocimiento del mundo interno? ¿Por qué no considerar la parte emocional de quien labora en nuestra empresa? ¿Por qué no poner atención en aquel que congela muchas veces emociones y sentimientos para no poner en evidencia “que hay problemas” ni recibir una llamada de atención, memorándum o despido?

Las áreas de recursos humanos deberían dictar capacitaciones con un enfoque más humano y menos técnico. El objetivo es reconstruir una visión donde los trabajadores dejen de ser piezas móviles y sin nombre. Son seres humanos sensibles que necesitan ser escuchados por profesionales preparados para atender sus conflictos internos. Recursos Humanos es mucho más que planillas.

El bienestar de los colaboradores es la visión de la nueva empresa. Construir organizaciones sanas y empoderadas que comulguen con el bienestar integral de su gente. Preocuparse por los miembros de su familia acorta la brecha y deja a la vista un ser humano agradecido e identificado con la organización, pues se siente protegido por ella y comprometido a su vez. Aquellas empresas que prefieren no ver este mundo interno de su gente son las que tienen mayores índices de rotación y peor clima laboral.

Mientras aprendizaje y capacitación sigan siendo mecánicos y separen contexto interno y externo, seguirá incrementándose la distancia entre trabajadores vistos y cuidados como seres humanos, con temores, valores, creatividad y asertividad, de aquellos vistos solo como piezas de un engranaje que debe funcionar a la perfección.

Necesitamos una mirada integral y comprometida con cada uno de nuestros colaboradores. Solo así lograremos empresas renovadas con resultados cuantitativos y cualitativos tangibles, donde la gente se sienta valorada, respetada y considerada, dando paso a la creatividad, imaginación y solidaridad. Se trata de emprender nuevos retos y asumir nuevos desafíos. Ver al ser humano de manera sistémica e integral es una tarea que ya debió haber sido realizada. Pero nunca es tarde.

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