Pablo de la Flor es el flamante director ejecutivo de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, una nueva entidad pública de carácter temporal que deberá manejar un presupuesto de 20 mil millones de soles en los próximos 3 años según lo indicó el primer ministro Fernando Zavala, quien además dijo que “tenemos la ley, los recursos y hemos nombrado al director ejecutivo de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios”, además indicó que “este no puede ser un proceso que se mire desde Lima, pues ya hemos aprendido que eso no funciona; este es un proceso que se tiene que mirar desde las mismas regiones. Vamos a tener, además, gerencias, equipos técnicos que apoyen a las regiones”.
Esta Autoridad cuenta con un directorio con 5 ministros de estado, de las carteras de economía, transportes y comunicaciones, agricultura, vivienda y el primer ministro quien lo preside; los procedimientos de contratación de bienes, servicios, obras y consultorías serán bajo la modalidad de adjudicación simplificada sin la limitación que fija la ley de presupuesto; y el personal será contratado a plazo fijo bajo el régimen laboral de la actividad privada (en el Estado se les conoce como los 728).
Es decir, las condiciones son favorables para una rápida puesta en marcha del Plan Integral para la rehabilitación, reposición, reconstrucción y construcción de la infraestructura de uso público (que deberá estar listo antes del 28 de julio) en las zonas de alto riesgo que resultaron afectados por los últimos eventos naturales; lugares donde las viviendas, los colegios, los centros de salud, la infraestructura vial y los programas de reactivación económica de los sectores productivos serán las principales preocupaciones de los técnicos y especialistas que, al lado de los gobiernos locales y regionales, tendrán que implementar en el corto plazo, y entonces aquí surge la primera barrera que debe superarse: la tramitología burocrática del Estado y la deficiente capacidad técnica que existe en el interior del país por parte de los profesionales que elaboran los expedientes técnicos para las obras.
Sin duda será necesario que el personal que contrate la Autoridad debe tener las competencias éticas (para evitar a los corruptos) y profesionales necesarias para superar este viejo problema de fondo que se refleja en la cantidad de obras abandonadas sin terminar, o simplemente mal ejecutadas con severos problemas técnicos en sus diseños y construcción, además de los problemas de corrupción públicamente notorios por sobrevaloración, compadrazgos, el 10% por coimas “de cajón” como dicen algunos alcaldes, o la “comisión” que se les debe pagar a los “gremios” de construcción civil que hacen de las suyas a vista y paciencia de las autoridades locales.
Y entonces manos a la obra, el fierro y el cemento serán escasos en estas zonas, y la mano de obra será demandada por las empresas que obtengan la buena pro, y habrá más empleo, y más ingresos para las familias afectadas por el desborde de los ríos y los huaicos que se llevaron todo a su paso, y los medios de comunicación estaremos al pendiente de los avances de la reconstrucción para evitar que se repita una historia similar a lo sucedido en Pisco.
Sin embargo, ¿quién se ocupará de los ríos y sus cauces?, ¿acaso se tiene en planes convocar a expertos en la gestión del agua?, creo que ésta es otra de las barreras que debemos superar: mirarse el ombligo para resolver nuestros problemas y atacar las consecuencias y no las causas del problema.
Es urgente la tarea de priorizar la “restauración de los ríos”, más allá del fierro y el cemento, porque si no se repetirán las mismas inundaciones y huaicos, y otra vez más víctimas, y más daños; para eso Pablo de la Flor tiene que buscar a los expertos, no sólo mirando desde las regiones -como dice Zavala- sino recogiendo las experiencias de otras partes del mundo, lamentablemente la Autoridad Nacional del Agua se ha quedado paralizada en sus miedos y pugnas internas por esas luchas intestinas del poder en el sector agricultura, hasta ahora no convoca a junta de su consejo directivo, ha detenido el impulso de la creación de los consejos de recursos hídricos por cuencas, y está suprimiendo la cultura del agua como uno de los pilares para lograr una verdadera toma de conciencia para el uso adecuado y la correcta administración del agua por parte de la población, es decir, después de lograr una política de Estado en el Acuerdo Nacional, ahora involuciona en la gestión del agua en total asincronía con las acciones de la región.
Basta mirar lo que hizo Corea del Sur para restaurar los ríos Han, Nakdong, Geum y Yeongsan en sólo cuatro años (2008 al 2012), logrando el control de las inundaciones y sequías, protegiendo el medio ambiente y convirtiendo a sus 4 ríos en ejes de desarrollo económico, turístico y cultural. En alguna ocasión estos expertos vinieron al Perú y ofrecieron hacer lo mismo con el río Rímac, pero, para variar, el gobierno no supo escuchar, y seguimos lamentando este extraño marasmo que padecen los políticos peruanos en las entidades públicas cuando se trata de promover el bien común.
Comentario adicional: La Autoridad como ha sido creada tiene las arcas abiertas y casi nulos mecanismos de control para la elaboración de los expedientes técnicos y para los procesos de adjudicación debido a la facultad discrecional que le otorga a sus funcionarios, por eso es necesario transparentar, evaluar y monitorear la idoneidad de los que toman decisiones y los que conformarán los comités de licitación, para evitar así que sucedan nuevos actos de corrupción a costas de la necesidad de los peruanos.