Hemos “celebrado” hace poco el Día del Trabajo y se ha tomado el feriado como una oportunidad para relajarse, viajar, estar con la familia, amigos, etc. Esto pasa en el mejor de los casos; sin embargo, es importante tener en cuenta el número de peruanos que luchan por una posibilidad de empleo en nuestro país, mientras que muchos privilegiados, con padrinos poderosos se encuentran ocupando lugares que no merecen ni por capacidad, ni por justicia.
Congresistas que “compran” títulos y grados como quien compra el pan de cada día… ¡qué habremos hecho para tener estas autoridades manejando nuestro país! Y qué bien que cobran y qué bien que de pronto pasan a ser roba cables, come pollo, masters en robo… eso es lo que son. Mientras tanto en el país de los honestos, nuestros estudiantes pasan formándose años de años y por no pertenecer a determinado grupo político, ser socio de determinado club o asistir a veranear a determinadas playas sueñas del país, están fuera de posibilidades de trabajar.
Cuánto le cuesta a un padre de familia común y corriente poder cubrir los gastos de educación de los hijos, cuánto esfuerzo por cumplir con las necesidades básicas de su familia, cuánto trabajo por hacer. Mientras seamos testigos pasivos poco podremos hacer. Empecemos creando conciencia en casa y conversando con nuestros hijos respecto al asumir con responsabilidad su deber de formación, de agradecimiento a sus padres quienes dejando de lado muchas veces sus propias necesidades, con gran esfuerzo les dan la posibilidad de formarse en aquello que será su única herencia…la educación.
Los jóvenes que viven bajo una estructura de respeto, colaboración, responsabilidad serán ciudadanos de bien comprendiendo que en la medida que su pasión, vaya de la mano con su vocación y ocupación sea cual fuere, que le dará la satisfacción de que este será su instrumento de vida y le servirá para siempre. Vivir en orden, respetando los deberes y derechos de un ciudadano de bien, para preparar una futura generación que haga frente a la corrupción que hoy nos invade por doquier.