Vergüenza ajena

0

Mientras las cifras de feminicidio crecen cada día de manera espeluznante, mientras miles de mujeres en nuestro país luchamos día a día por sacar adelante proyectos, hijos, trabajos, familias… sociedades, vemos cómo otras solo nos llenan de vergüenza y enojo.

Al calor de las secadoras y cepillos, la secretaria de un ministerio nos sorprende haciendo uso del vehículo oficial para sus propios menesteres… ¡Vergüenza ajena!  Ex primeras damas se ven envueltas y enredadas en las líneas de sus propias agendas acusadoras y delatando hechos que cada día se hacen más visibles.

La prensa saca a la luz las artes de una procuradora ad hoc de un sonado caso, quien amplió sin mayor respeto, según el informe periodístico, el área en la cual está ubicado su departamento sin contemplar autorizaciones, ni mucho menos consideraciones para con sus vecinos. Y qué decir de aquella congresista que pidió –en su momento– un monto altísimo (50 mil soles) para la remodelación de su oficina a los dos meses haber iniciado sus labores y ser electa por un pueblo que esperaba algo de ella ¡Pero no! La señora tenía que implementar su zona de confort, desde donde hoy se viene defendiendo de lo que denomina “sicariato periodístico”, entre otras acusaciones que enfrenta.

La cereza de la torta que está recién horneada (lo habíamos comentado ya) es la que ocurrió en plena tragedia que nos enlutaba, donde a nuestra protagonista no se le ocurrió mejor idea que ir a tomar un poquito de sol, luego de un suculento almuerzo, mientras hombres, mujeres y niños morían de hambre en nuestro país. ¡Qué lamentable, qué vergonzoso! ¡Qué patético!

Aquellas mujeres que tienen la oportunidad de trabajar por el país y fueron electas para ello tienen una obligación moral con su pueblo. Sería muy bueno que lo recuerden en todo momento. Mientras ese milagro se da, trabajemos en casa. Eduquemos a nuestros hijos, hombres y mujeres, en igualdad de derechos y deberes. Con educación hacerle frente a la violencia y al feminicidio. Eduquemos en valores, para que niños y jóvenes crezcan y asuman con responsabilidad sus obligaciones, y no traten de sacarle la vuelta a la regla. Enseñemos con el ejemplo y la constancia, pues caer en zonas de confort solo impide el crecimiento y desarrollo integral del ser humano. Eduquemos con amor y paciencia, que es la mejor manera de empezar esta reconstrucción emocional.

¡Participa del debate! Deja tu comentario

Por favor, ingrese su comentario
Por favor ingrese su nombre aquí