Planes, programas y proyectos

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La emergencia en el norte no ha terminado. Hay población expuesta a otros riesgos, como salubridad y seguridad.

Pero ya hablamos del Plan de reconstrucción y como sabemos, solo con un “plan” no se puede actuar. Un “plan” necesita aterrizar en “programas” y estos requieren de “proyectos” para ser implementados. Del “plan” no se pasa a la obra, ni a la reubicación, ni al reasentamiento.

El “plan” es el primer instrumento para ir de una situación a otra. El “plan” define a grandes rasgos ideas orientadoras que condicionan, fijan prioridades y estrategias para ser desarrolladas. Una mirada al futuro. Un buen deseo.

Es imprescindible desarrollar el “plan”. Aterrizarlo. Son los “programas” los que concretan los objetivos del “plan”, fijando metas alcanzables en tiempos y presupuestos determinados.  ¿Se incluirán Programas de reasentamientos preventivos?, ¿o solo Programas de reasentamientos post desastre?

Finalmente, un “programa” se implementa con “proyectos” específicos, que traducen en intervenciones concretas y cuantificables todo lo delineado por el “plan” y desarrollado en cada “programa”. Los “proyectos” son el nivel operativo de los “programas”, lo que realmente define plazos y presupuesto, ¿Serán Programas y proyectos por resultados? Facilitaría monitorear los avances y ejecución presupuestal, eficiencia y eficacia, calidad del gasto y, dada la circunstancia post desastre, oportunidad.

El “plan” será el primer producto de la recientemente creada Autoridad para la Reconstrucción con Cambio. Valioso punto de partida. Y las preguntas que surgen, deberán resolverse a la brevedad. De ello depende la vuelta a la normalidad de las poblaciones al Norte del país. ¿Es un solo un “plan” para la zona Norte? ¿O serán “planes” por región afectada? ¿Se establecerá un sistema de consulta a los Gobiernos subnacionales?

Y no solo debería considerarse lo afectado o destruido. Se debería comprender el hábitat total en que se pretende intervenir, porque de lo que se trata es de recuperar la vida plena de sus poblaciones, y puede haber poblaciones cuyas viviendas y áreas productivas no hayan sido destruidas; pero forman parte de la comunidad afectada, y su afectación puede no ser física, pero si económica. ¿Se considerarán? Entendemos que sí, esperemos sí.

Ya se dio un primer paso importante en el camino de la reconstrucción. Pero lo que falta definir es lo que realmente hará la diferencia en esta etapa de gestión de riesgos post desastre.

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Ex Directora Ejecutiva de Cofopri. Ex Presidenta Ejecutiva del Instituto Catastral de Lima. Arquitecta - Urbanista por la Universidad Nacional Federico Villarreal, Postgrado en Planificación Gestión Urbana del Instituto Español de Administración Pública, Egresada de la Maestría de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico.

Experiencia en Consultoría y Asesoría a Gobiernos Locales y Ministerios de Economía y Finanzas, y Vivienda Construcción y Saneamiento, en Información y Gestión Territorial, Catastro con fines tributarios, Catastro de daños por desastres. Gestión de Proyectos de Gestión Territorial y Programas de Reconstrucción de Viviendas. Ponente en las Conferencias de Tierra y Pobreza del Banco Mundial.

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