La opción de Keiko

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Keiko Fujimori

El fujimorismo todavía parece no darse cuenta que su bandera más sólida debería ser combatir el anti fujimorismo en vez de sus envoltorios pasajeros. Que la experiencia de los últimos años le reclama la necesidad de conquistar adhesiones y derrotar resistencias. Que la actitud cooperante para con la reconstrucción del país luego de los desastres naturales, le será más reconocida que las pataletas supérstites por la derrota del 10 de junio del 2016.

El presidente Pedro Pablo Kuzynski, por ejemplo, no es un emblema antifujimorista. Al revés, fue siempre un simpatizante y hasta beneficiario de las políticas del decenio 1990-2000. Las circunstancias lo llevaron a una competencia definitoria con Keiko Fujimori por la jefatura del Estado y tuvo que resignar espacios en su entorno a quienes sí lo eran.

Desde julio pasado, el antifujimorismo militante quiere empoderarlo con la amenaza de la vacancia pero PPK contiene la hipótesis aunque con una débil convicción. Y los fujimoristas ayudan poco a descartar el uso de esa arma diabólica, como tampoco han sabido dirigir acertadamente sus balas al comando camuflado que se escuda en el oficialismo para destruirlos. Recién lo hacen sacando a la luz a los posibles operadores de las redes sociales con sueldo público.

Esos militantes antifujimoristas ya se han entrenado en los gobiernos de Alejandro Toledo y Ollanta Humala con gran éxito pero sin lealtad alguna a los gobernantes que les dieron cabida. Ahora siguen mostrando el músculo detrás de PPK a quien desecharán tarde o temprano para auparse a un nuevo proyecto político contrario a los herederos del chino (¿alguien dijo Salvador del Solar, el osito panda que fabrican sin prisa ni pausa para el 2021?). Keiko Fujimori y los suyos deberían dedicar más tiempo a la dermis antifujimoristas que a la epidermis encarnada por PPK y la mayoría de sus ministros.

Keiko estuvo en la ceremonia de homenaje a los comandos del operativo Chavín de Huantar, al cumplirse 20 años de la liberación de los rehenes del MRTA en la residencia del embajador de Japón, y tuvo ocasión de reencontrase con PPK, recibir de éste una mención amigable lo mismo que a su padre, y de escuchar su pedido de paz y concordia a través del reclamo de “voltear la página”. Desde su prisión en la DIROES, Alberto Fujimori otorgó razón a lo dicho por el primer mandatario. Le cabe entonces a Fuerza Popular interpretar esa nueva lectura del momento político y abrirse hacia otra conducta que no implica renunciar al rol opositor.

La opción de Keiko no es entonces consolidar las evidencias de su enojo y piconería hacia PPK, sabiendo que este gobierno está en rigor mortis por el caso Lava Jato y el fenómeno del Niño costero. Es derrotar al antifujimorismo y ganarse la mente y el corazón de más ciudadanos. Afincarse en la línea dura sólo le acarreará mayor insularidad.

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